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quinta-feira, 26 de novembro de 2020

NO VIVEN NI DEJAN VIVIR...


Conocí un hombre que vivió gran parte de su vida en el vicio del alcohol, hasta morir. Creo que no llegó a 60 años de vida. Había heredado un pésimo carácter de su padre seguridad de la Prefectura de Zona Alto Uruguay, y cada día que pasaba, empeoraba en su férrea lucha contra sí mismo y sus malditas herencias. Ese hombre tuvo un cuñado, hijo de padres cristianos, que vivió también muchos años prácticamente en la misma desazón, y también ya murió en el alcohol, con 61 años.

Los “evangélicos” [entre aspas, porque no los veo genuinos, del verdadero Evangelio de Jesucristo sino de una religión judaizada], sólo argumentan la salvación eterna de las personas, como diciendo: “si no te haces evangélico, nunca irás al cielo con Dios para la eternidad”. La Teología católica es más amplia.

Por un lado, ninguno de nosotros mortales [por causa del pecado], tiene autoridad para determinar si una persona va al cielo o al infierno. Al cristiano se le ha dado la facultad de anunciar la Salvación por Jesucristo, y cuidar de los nuevos salvos, aquellos que creen en Jesús y lo reciben en sus corazones, por muy arrastrados o caídos que vivan hasta su partir de la vida humana.

Por otro lado, ninguna teología “correcta” salva; ni la protestante, ni la agustiniana. El precio de nuestra salvación ya fue pagado por el Hijo de Dios, y no nos ha puesto en nuestra cuenta; o sea, no nos hizo deudores de ello. Un único pecado perdonado, ya nos hace salvos; no uno sí y otro no. Ese único pecado es el de no creer en el Salvador.

Desde una tercera prisma, Jesús arguyó: “Ustedes creen en Dios [le habló a los judíos]; crean también en mí”. Hasta el día de hoy, mucha gente, y no solo judíos, creen en Dios, pero no entienden porque también hay que creer en Jesús. Romanos 2 dice que “Dios” [entendemos como “el Padre”] juzgará al que no vivió durante el período de la Ley Mosaica; o sea, aquél que vivió de Adán hasta Moisés, por su conciencia. Hoy también todavía existen tribus y pueblos que nunca conocieron esa Ley. Luego, juzgará a los que nacieron debajo de la Ley de Moisés, o sea, desde Moisés hasta Cristo, por la Ley, y a los que nacimos de Cristo hasta hoy, y seguirán naciendo, por el Evangelio.

Los evangelios que hoy existen son: 1) el Legalista; 2) el Moralista y 3) el Sionista. ¿Hay esperanza para los que nascen hoy y nunca escucharon o nunca escucharán el verdadero Evangelio de Jesucristo? ¿No sería, acaso, culpa nuestra? Y pensar que hay gente que se considera evangélica y cristiana, que no entra a la Salvación, ni deja a otros entrar, juzgándolos y condenándolos como en lugar de Dios.

Hay aún, una cuarta mirada en esto de “morir e irse directamente al infierno” según nosotros, y esa mirada sólo es posible desde un mirador, arriba de la casa de nuestra vida humana personal: desde ese lugar muy alto y alejado de la tierra de los vivientes, pecadores y perdidos, Dios e y nos invita a subir allí para ver como Él, desde Su Soberanía Absoluta:

En Su Soberanía, sólo Dios salva y sabe quién es salvo genuinamente: Como para ser salvos eternamente hay que creer en el Hijo Jesús, basta que tenga su pecado único perdonado, la persona ya pasó de muerte eterna para vida eterna instantáneamente. Que viva como salvo, o no, “es otro papo”. Que avance completo, o apenas mínimamente en su salvación, también es otro asunto en la Biblia, que no anula el primer acto, gratuito, perfecto, completo y sin que haya generado deuda. Y a veces, los signos de la nueva vida no son tan fáciles de ser percibidos, cuando la herencia maldita de los padres, la religión y el mundo ya le haya ganado en grado exponencial al pecador. 

Si estas realidades condenasen hasta a uno salvo en Cristo, a la muerte eterna sin Dios, en el Infierno, la Biblia no contendría apelaciones a renuncias, a fin de que ganemos el gobernar con Cristo en el Milenio. Jesús no habló de la Salvación sino de ese reinado, cuando dijo que “le es difícil al rico entrar”.  También, muchas veces los signos de la nueva vida que en nuestra óptica finita, limitada a la teología, y la tradición, dan positivo, con el tiempo nosotros mismos vemos que nos habíamos engañado.  Es que Jesús nos mandó evangelizar con su Evangelio y discipular con Su vida humana sin pecado, y no a juzgar.

En Su Soberanía, sólo Dios comanda el Destino de cada criatura humana: Conocí un estanciero de La Atalaya en mi cuna natal, que la vida entera sirvió a Dios equivocado [según la teología protestante], y conocí una “cristiana” protestante que partió con sus joyas más caras debajo de su almohada, y comida, ropas, calzados, carteras, dinero, y objetos caros todo escondido. El estanciero sería juzgado por su conciencia, mientras la protestante será juzgada por el Evangelio de Jesús, y felizmente, sus últimos meses se ha rendido completamente al salvador, a la vista de todos.  

Romanos 9 nos muestra este lado de la Soberanía de Dios, y Hebreos 11 también: “Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y que mi nombre sea predicado por toda la tierra”. Rahab era prostituta, y también mintió, pero está en la lista de los SALVOS POR LA FE, así como Sansón que se suicidó, y muchas mujeres no aceptaron que sus hijos vivan, basadas en su fe de una mejor resurrección futura.

La forma como murió la mayoría de esta lista, son formas crueles, que habilitaría a la Fe Protestante condenarlos al Infierno, porque “por algo será que murió tan mal, así”. Sin hablar de cuantos hijos de Dios “”anduvieron de acá para allá”, y todavía muchos así viven, mientras los poderosos del mundo les hacen muros, o les arrancan de sus salvavidas, arrojándoles vivos al mar; o también, los “vuelos de la muerte” de las dictaduras en Argentina.

Según La Nación [https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/susana-gimenez-diego-maradona-hizo-todo-lo-nid2520748 Susana Giménez dijo de la muerte de Maradona: "Hizo todo lo posible para morirse". Alguien dijo que “no importa lo que él haya hecho con su vida; importa sí lo que hizo con la nuestra”. <<Susana: Vos haces todo lo posible por vivir eternamente>>, pero vos y Mirta, sólo absorbieron riquezas del pueblo y de la Patria inmoralmente, aprovechándose de los más vulnerables y los idólatras de apariencias como la tuya.

Yo traté todo tipo de suicida. Pues, la frase de Susana le atribuye a Maradona el ser suicida, pero suicida no es solamente el que se pega un tiro o se ahorca conscientemente, o se droga, sino también esos que, como ella, se condenan día a día a la muerte eterna –sin Dios- por secuestrar la vida de millones. Si yo fuera Dios, le recibiría a Diego en el cielo, porque algo muy importante hizo en su corta pasada por la tierra, y a Susana, al infierno con escolta y todo, por su vida inútil, como la de Mirta, que nada aportan al bien común, sino a la brecha social.

Romanos 9. 20-23 todavía nos dice: “Pero tú, hombre, ¿quién eres para discutir con Dios? ¿Acaso el vaso de barro le dirá al que lo formó por qué lo hizo así? ¿Qué, no tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira que estaban preparados para destrucción? ¿Y qué si, para dar a conocer las riquezas de su gloria, se las mostró a los vasos de misericordia que él de antemano preparó para esa gloria?”. 

El hombre [religioso, no el humano] juzga a las personas como “de Dios” o “del Diablo”, pero Dios cumple su Plano Eterno a raja tabla, nos guste o no, y juzgará a todos no por lo que hayan creído sino hecho y pensado, lo que es privativo de cada individuo. Le usó a Faraón a favor de un pueblo, por misericordia de este, y le usó a Judas, aunque en otro contexto, le usó a los malos y perversos, pero también a viciados y confusos, mediante los cuales vivimos aún. 

Y nunca encontré un viciado en drogas no aborreciendo su propia vida, por lo miserable que es desde que cayeron en ese maldito vicio, así como a aquellos que también fueron vencidos por el alcohol, pero no por el engaño de la amañada arte de gente que tiene un micrófono y una televisión, o un poco de poder temporal para hacer el bien, pero sólo saben matar con sus actitudes, palabras y hechos. Dios es Soberano, y a este pecador que escribe aquí, que dentro de un instante más puede estar muerto, no le compete menospreciar la vida de nadie. Y muchos que nuestra Teología o convicciones manda al infierno, tal vez estarán en una nueva lista de Hebreos 11, pues, la Fe sin Obras, es muerta y la lista la hace Dios.

Dr. Tito Berry 

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