1. Juicio Ángel versus Benedito
2. Juicio Ángel frente a Ángel
3. Juicio Benedito frente a Benedito
4. Juicio por Filosofía de cada uno: Capitalista versus Socialista
5. Juicio Obras versus Obras
6. Juicio Beneficio versus Beneficiado
7. Juicio frente al Evangelio
Invito a que reflexionemos sobre los juicios que se hacen hoy, de valoración por sus Obras, por sus Filosofías, por Moral, tomando a Ángel y a Benedito como personajes ficticios representativos de los políticos. Para tanto, usaré la misma secuencia numeral de los tipos que anteceden:
1. Toda vez que comparemos Ángel con Benedito, con certeza estaremos haciendo juicios imperfectos, incompletos, y hasta injustos, pues, cada uno tiene su origen, su medioambiente, su contexto, su formación, sus creencias de fe, su carácter, su personalidad y pueden hasta tener cada uno, una idiosincrasia diferente, experiencias de vida dispares y trayectorias en la misma materia irreconciliables. Gildo Insfrán es veterinario; Alberto Fernández es Abogado Constitucionalista y Penal. Insfrán inició su carrera política a la sombra de la dictadura militar, según dice aquí Wikipedia: “Su carrera política inició en 1978, tras enviar una carta en febrero, solicitándole un empleo al general Juan Carlos Colombo, ex gobernador de Formosa durante la última dictadura militar.Así, Gildo Insfrán asumió como funcionario del Ministerio de Asuntos Agropecuarios y Recursos Naturales de la provincia el 5 de mayo de 1978 hasta el 10 de diciembre de 1983,fecha en que renunció a su cargo para competir en las elecciones legislativas con el regreso de la democracia”. Alberto Fernández dio sus primeros pasos en la política de la mano de Alberto Asseff, llegando a ser presidente del ala juvenil del Partido Nacionalista Constitucional. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín fue director de sumarios y subdirector general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Asseff, por su vez, comenzó su militancia en la Unión Cívica Radical (UCR). Luego de su graduación, trabajó como asesor y colaborador de radicales como Ricardo Balbín y Arturo Illia [a mi ver, los mejores y más genuinos radicales de la época]. Vemos que ni Insfrán ni Fernández tienen origen genuina y completamente peronistas, y en ambos casos, su ascenso hiere a militares y radicales igualmente, cosa que les es muy duro de aceptar.
2. Siendo Ángel un tipo de Insfrán, cuando se mira en el espejo se ve militar conscientemente infiltrado en el Peronismo para poder gobernar no “de facto” sino democráticamente. El ser democrático [cosa que tampoco fue Menem ni Duhalde], no es fácil; habrá que quedar sin fueros que los proteja, sin ningún miedo de la mala Justicia y el Lawfare, y aún más, todas las veces que la Justicie le cite, presentarse, ADN que sólo tuvo hasta ahora CFK, en las antípodas del Macrismo. Cualquier juico sobre Insfrán, debería tener en cuenta ese ADN “dictatorial” que heredó de los militares, principalmente.
3. Siendo Benedito un tipo de Alberto Fernández, él no se ve sino mucho más a voluntad y amplio espacio para moverse, la Ley, y comprendiendo la Democracia en las entrañas de los mejores radicales, junto a Irigoyen también, que con Balbín e Illia forman el trío radical más en común con la interpretación del Peronismo de los Kirchner, principalmente de Néstor, puesto que CFK adiciona una fuerte influencia de la Izquierda con la cual AF discuerda. No se puede juzgar a AF como siendo CFK, ni viceversa, y ni mucho menos como Insfrán o viceversa. Fernández tiene tanto de Democracia, que suele ser flojo en Republicanismo y Federalismo, pero es absolutamente imposible juzgarle dictador. Tampoco se puede exigirle más intervención gubernamental y luego condenarlo por dictador. La hipocresía ni el Diablo usa más; ya se convenció que no sirve para nada, más que para atrasar.
4. Evidente e incuestionablemente, cada uno se mueve por su filosofía política. Que pertenezcan al mismo FDT, no significa que sean lo mismo. Esta unicidad sólo Macri consiguió con su equipo en ejercicio. El ciudadano que juzga no puede pretender que un Gobierno Democrático actúe como el anterior Gobierno Republicano, o viceversa. Juzgar así es mezquindad e hipocresía. Uno puede detestar una de las filosofías, pero no odiar al que la internaliza por ello. Yo a Macri no lo miro por sus errores, sino por sus convicciones a mi ver, anti-pueblo, así como tampoco veo a Fernández por su matrimonio o su hijo, sino por su ideal filosófico. Insfrán no puede ser visto como representante específico de una filosofía, y si Macri será coherente en su Republicanismo, no le tocaría a Insfrán, como tampoco lo hace Fernández.
5. Juzgar a un gobernante por las Obras que hace, sólo le sirve a los beneficiados, y/o a los politiqueros que buscan tapar el Sol con la mano. Obras se inventan, y suelen enmascarar realidades. Hay mucha gente que odia, pero hace buenas obras hasta llegar a la Política, al menos. Esta no es una vara de medir o juzgar adecuada y justa. Pero tampoco se debe cavar para encontrar males y dedicarnos a lo negativo, habiendo cosas buenas que reconocer. No haría falta ser pastor [espiritual] para percibir, pero por la gracia de Dios percibo amplia, rápida y precisamente cuando alguien menciona un mal en Insfrán, o en Macri, o en CFK o en AF. Hay gente tan enferma y manipulada, que deja pasar constantemente toda buena acción de los políticos, y se ocupa ardientemente de exponer las “malas”. También esta es una forma de juzgar muy mala. Cuando comenzaron a atacar a Insfrán, publiqué una lista de cosas buenas que hizo y hace. Esto no significa que no deba ser juzgado por lo que haga mal. Simplemente, al negativo hay que ayudarle, mostrándole lo positivo.
6.
¿Por qué un Gobernante debiera dar
marcha atrás a sus decisiones equivocadas o crímenes, sólo cuando la Justicia
le presionare? Siempre hubo gobernantes que buscaron dar vuelta a las sentencias
judiciales y verse libres de las condenaciones. Eso es mucho peor que volver
atrás en proyectos, palabras, o decisiones lanzadas en público por un Gobierno.
Pero los malos, quieren que Insfrán vuelva atrás y renuncie a sus administraciones
dominantes, y que Fernández sea más duro y firme, y se burlan de él, cada vez
que “afloja”, calumniándolo como títere de CFK. Está claro que un beneficiado por un determinado Gobierno, seguiría apostando en él; es algo normal y hasta justo. Eso de que "no hace más que lo que es su deber" es pura hipocresía. Y también es verdad que el mismo Gobierno se beneficia de votantes que le reconocen sus beneficios. Esto no es corrupción. La cultura de la corrupción habla mal de ella misma para parecer buena, mientras que la cultura del agradecimiento y la lealtad, demanda que juzguemos con aprobaciones a los que más benefician al TODO y en especial a los que menos pueden vivir bien.
7. La manera correcta de un cristiano hacer juicio político y ciudadano, es “frente al Evangelio”. Si conociera en sus cuatro dimensiones, como altura, profundidad, largura y anchura, el Evangelio de Jesucristo, sería Sal en medio de la corrupción, Luz en las tinieblas reprendiéndolas sin palabras, Reconciliador en contiendas, Entendido en consejos e instrucción en Justicia; y Buen Samaritano para con los que sufren, y no doctor en Biblia, levita o sacerdote, sin compasión verdadera.
20.07.21
Misión Mundial de la Gracia
