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quinta-feira, 3 de fevereiro de 2022

¿Está aumentando la Iniquidad, o aumentan los Inicuos?

La suma, daría lo mismo, pero hay una sutil diferencia entre ambos aumentos. Algo semejante ocurre cuando aparece un nuevo negocio. Tal novedad podría quedar limitada a unos pocos iniciantes, pero de repente el negocio explota, y aumenta los nuevos comerciantes del ramo, hasta muchos que prefieren abandonar sus antiguos negocios, para dedicarse a eso nuevo por causa de mayor lucro y más de inmediato, y también por tener que arriesgar o invertir menos; y algunos también sacrifican su tradicional ética para no quedar en desfasaje en relación de los demás.

Claro. La iniquidad no podría aumentar si no aumentan los inicuos, y aumentando los inicuos, aumentaría la iniquidad, naturalmente. Sin embargo, una única iniquidad puede generar ambos: iniquidad e inicuos, o sea, con poca gente que acepte violar la ética, primero aumentarían los inicuos, y después, la iniquidad.

La iniquidad es burlar las leyes, actuar fuera de ley; el lawfare, que es la guerra judicial con fines políticos. Cualquiera de esas formas de iniquidad, los resultados son un conjunto de maldades, más que perversidades; maldades legitimadas y despenalizadas a favor de algunos o de un lado de los conflictos y las diferencias ideológicas y filosóficas, y en el ámbito religioso, doctrinal y de tradiciones tenidas por sagradas.

La iniquidad es un mal aglutinador de muchos otros, al que le basta una sola ‘contravención’, falta, crimen o delito, en esa gradualidad de agravamiento, para generar multitud de iniquidades, tales como:

Indiferencia. Maldad. Venganza. Mentira. Alegrarse con la desgracia ajena. Hallarse superior. Considerarse trabajador, esforzado, correcto, y merecedor de cosas y más. Demonizar al otro. Ridiculizar al pobre. Subestimar al preso. Escrachar a la mujer. Saturar a los santos con futbol, economía, inseguridad, falsas noticias, el falso brillo del oro, y de ejemplos moralistas y de sacrificios para alejarlos de Dios, la fuente, rebajando al que sirve a Dios como que “no trabaja” como él o ellos. Oprimir, perseguir y asfixiar hasta el bloqueo a los diferentes. Enfrentarlos. Intentar depreciarlos y anularlos. Envidiar. Plagiar. Ningún afecto fraternal. Hipocresía. Oportunismo. Especulación. Expoliación del amigo. Falsa piedad. Falsa compasión. Falsa solidaridad. Dividirse por filosofía. Odiar por ideología, etc. Con un único Judas Satanás hace desastre cósmico. Con una única desobediencia el mundo entero se hace inicuo.

Si no fuera que la declaración de Hageo 2. 10 al 19 terminara con una promesa de misericordia divina para con los inicuos, por la gracia mesiánica del Cristo substitutivo, redentor y justificador, estaríamos definitivamente condenados, pues, Dios no hace diferencia entre pagano y creyente cuando tiene que juzgar [Amós 9. 7]. Su juicio es igualitario y justo.

Misión Mundial de la Gracia

 

 

 

 

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