¡Hola, Hermano Cristiano! Seas evangélico, o católico.
¿Sabes quiénes son nuestros enemigos?
“Nuestro principal enemigo es Satanás”. ¡Depende! ¿Y así mismo, le crees? Si piensas que teniendo un accidente que te daña físicamente, o te mata es cosa de Satanás, le das la gloria a él; le engrandeces. Si tu economía anda mal y le atribuyes al Diablo, también te equivocas. Si tu hogar se volvió una guerra campal entre hermanos y los hijos con sus padres, estás aún lejos de definir a este tu enemigo, el Diablo. Las dos funciones estratégicas del Diablo son engañar y acusar. Si alguien te engaña, es porque andas desarmado, o desarmada. ¡Ármate de la Verdad, y listo! Si otro trata de engañarte, y lo descubres, busca saber si es un engañador engañado, o un simple engañado. Lo que tiene que importarte es distinguir si la persona es un engañador engañado, o un simple engañado. Éste, es una víctima que hay que tenerle compasión; pero el engañador engañado es un malvado, y de ambos está lleno, el mundo; incluso las iglesias. ¿No advierte la Biblia que hasta matarían en nombre de Dios? ¡No! ¡No es futuro, no es el Anticristo, no es el Diablo! Es tu pastor, el padre de la parroquia, el amigo, el Gobierno, o el cónyuge. Después de distinguirlo, sepáralo con misericordia, y no envuelvas su partido, su iglesia, su ministerio como lo peor. Tu enemigo aquí es indirectamente el Diablo sí, pero a él no le puedes hacer más daño que echarle, y a tu semejante engañado engañador, no sirve que le destrates. Si alguien te acusa, o saca a relucir tus presumibles errores del pasado o del presente, está siendo lacayo del Diablo. ¡Sí! Ese que detestas como habla mal de los otros. Pero vos también, cuando hablas mal por tus entrañas: el estómago con hambre; el corazón perverso y corrupto; los sentimientos heridos o frustrados, o tus ideas falaces, basadas en tradiciones, rudimentos mundanos, huecas filosofías e ideologías, cultura o religión. En cuarentenas podés tener buena salud; o ser rugby; o tener un buen pasar económico seguro, y no sentir amenazas para tu futuro, pero si de ellas no sales más sabio y mejor, o no escribes, no grabas para compartir tus experiencias evolutivas, tus victorias, tus transformaciones, también estarías alabando al Diablo, porque así él te ve como un perfume expuesto a las moscas, y mientras te vuelves inservible, a él le agrada porque ahora te usará para engañar a otros. ¡Guárdate, como perfume caro, exótico, fino y especial, y saldrás de esta pandemia perfumando el mundo con el amor, la paz y la humildad! Si el Diablo sólo te acusará, o dañará en tu pasar humano, no te hizo nada; todavía sigues siendo un vencedor, una vencedora. Pero si te engaña para que le tengas de enemigos a otros humanos, algo él ganó, y vos perdiste como en la guerra. ¡Piénsalo! Si te ha gustado, compártelo. Si tienes una sugerencia, comunícame, por favor.
02.12.20
Soy Tito Berry
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