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quarta-feira, 30 de dezembro de 2020

EL ABORTO EN DEUTERONOMIO 27. 25

 

“Maldito el que acepte pago para quitar la vida, derramando sangre inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén”.

En primer lugar, se debe tener en cuenta el contexto del libro, después del capítulo y finalmente, la exegesis del versículo. Si usted alaba al cuchillo porque le sirve para preparar mucha carne para el asado de Año Nuevo, sin tener en cuenta el contexto mayor y menor y demás elementos pertinentes al evento, estará alabando un arma asesina, en otros contextos. No se puede ni se debe ser absolutamente literal cuanto a los textos bíblicos, sin dañar en otros asuntos, espacios y personas.

El contexto mayor del texto, que es el propio libro, es la recapitulación, reinterpretación y aplicación de la Ley en Éxodo, en razón de que el pueblo estaba delante de la posibilidad de entrar a la Tierra de Canaán. Era toda una preparación pormenorizada en la que tanto Moisés, como los ancianos del pueblo, las autoridades, basándose en la Ley de Dios interpretaron cómo aplicarla a todo el proceso del lugar en que se encontraba el pueblo, su situación, su condición, y cómo necesitaban estar a la hora de la conquista y su entrada a la Tierra Prometida. Cuando un pueblo legisla algo en un contexto semejante, tal legislación nunca sería justa, pues, el cuidar de los detalles nunca es suficiente para resolver problemas aun inexistentes. Y eso que el versículo ya amplia el entendimiento del sexto mandamiento del Decálogo, que es “no matarás”. Las Escrituras esbozan una progresión de la Revelación, de ahí que Éxodo 20. 6 es ambiguo, Deuteronomio 27. 25 es detallado, y Mateo 5. 21-22 es amplio y apunta al corazón del que no concuerda con el otro hasta en pequeños detalles de conceptos o ideas. La nueva Ley del Aborto procura atacar al MERCADO clandestino, que es doblemente una fortaleza capitalista: 1) porque cubre a las mujeres ricas, y ridiculiza a las pobres; 2) multiplican sus riquezas por ese mismo medio. El contexto actual es este.

Contextualizando el versículo de Deuteronomio 27. 25, digamos que aquí los líderes del pueblo de Dios, de cara al mercantilismo de los cananeos, advierten en contra del MERCADO DE LOS MEDICAMENTOS. Desde hace siglos se sabe que las mujeres se hacen abortar buscando precio, sigilo, y otras ventajas, como si fueran objetos para ser poseídas, abusadas, prestar el servicio del goce sexual, y luego, condenarlas a cargar un embarazo por nueve meses, parir, y encargarse de por vida del hijo de un hombre también. Hasta ahora, la industria y el mercado de los medicamentos es otro gigante esclavizador de los pobres, así como los Medios Hegemónicos de Tecnología y Comunicación. Una ley de despenalización del Aborto quiebra a esa industria y mercado altamente capitalista, aunque el Estado se tenga que hacer cargo de los costos, beneficiando a todos; a los capitalistas también. Claro, comete errores también, por ejemplo, dejar sin castigo al que abuse de la mujer, pero para esto también ya existen leyes.

El texto no se refiere solamente a niños por nacer sino también a todos los casos en que el otro es inocente. Si vamos a respetar puntualmente el texto, lo que se debe punir aquí es a todo asesino que mata a un inocente, no solo un feto o embrión, y son millones de veces más comunes los asesinatos de personas grandes, a quienes odian siendo inocentes sus víctimas; el moderno LAWFARE que pone preso a inocentes y en algunos casos hasta que se mueren, y de asesinatos lentos y graduales que el texto de Mateo menciona, entre otras variantes, que por el contexto siguiente incluye también la religiosidad asesina de interesados en abusar de Dios a su servicio.

Dr. Tito Berry   

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