Instituto Prossocial e Cultural do Mercosul: ¿Qué hace Hugo Márquez en la Confederación Evangélica Bautista de Argentina?

¡No! Ya no me interesa saber qué hace Horacio Verbitsky en todos los partidos políticos de Argentina. Ya me expresé lo bastante sobre el tema de “la vacuna VIP”. Ahora, como cuando Victoria Donda y Hebe de Bonafini injuriaron a los evangélicos y el mismo pastor les salió al cruce a contestar, y también publiqué mi juicio periodístico y de pastor igualmente, hoy me dirijo al señor Hugo Márquez, que lanzó recientemente un mensaje en nombre de la Confederación Evangélica Bautista como su presidente, con el título “No es un error grave”.

La mejor manera de indagar qué hace Hugo Márquez en la CEB, no sería investigando su persona que, cualquiera, en la alta cumbre de una denominación, con el dinero y el poder en manos, hace lo que hace él en Neuquén. Yo también ganaba para presidente de una convención bautista en Brasil, y otro con más poder hizo una jugada maradónica para entrar él, desplazándome. En otra ciudad estaba listo para fundar y edificar un predio iglesia-escuela y la convención me mandó parar. Basta uno ser un buen capitalista [que yo nunca fui], para vencer los obstáculos del mismo Mamón en la vida. Pero tales vencedores, también son adoradores del mismo falso dios.

Sorprende el hecho de que Márquez haga publicidades de profecías y otras yerbas más típicamente pentecostales, y así mismo llegue a ser presidente de la CEB y un miembro directivo de la ACIERA. Bien, sorprende porque se trata de Argentina, donde la CEBA era una convención muy firme en su doctrina, y por la cual yo fui el primer pastor-misionero en Gobernador Virasoro, Corrientes, pero no sorprende en Brasil, donde la experiencia con el Espíritu Santo entre los evangélicos históricos fue anterior y más abierta de par en par.

Es que el “CAPITALISMO”, alineado con el Anticristo y Caín, siempre se ha movido tan solo en terrenos afines o favorables a sus explorables y especulativos intereses, y entonces, siempre sus fanáticos se hicieron panqueques cuando quisieron, con tal de permanecer fructíferos y leales a su causa. Si el Dios judeo-cristiano le da buenos dividendos a los pobres y clase media, pues, entonces los capitalistas le usarán como bandera. Y si el Espíritu Santo –descubren ellos tardíamente- confiere Poder, pues, ahora, sólo ellos serán los espirituales, y pasarán a demonizar a los otros. Sino, Márquez no diría en Perú “Los cristianos que apoyaron a Fernández van a rendir cuentas delante de Dios”. Sorprende, pues, el verdadero bautista mantiene a raja tabla la separación de la Iglesia del Estado, y nació en pequeñas reuniones de hermanos que priorizaban la unidad. Resulta que ahora Márquez, representando a la CEB y también a la ACIERA, divide su propio pueblo, y está todo bien; no hay problema, con tal de que MAMÒN defendido a trocha y moche por nuestros hermanos capitalistas, no traicionen la filosofía política globalista del Capitalismo. Éste es el que recibe diezmos y ofrendas y mano de obra gratis o barata, auspicio para Festival Luis Palau, Marcha para Jesús, bancar políticos evangélicos en el Estado, pero nunca para fundar fuentes de trabajo para los hermanos, y el compartir sus saberes y dineros para que cada hermano tenga su casa, su sustento y estudio, independencia y libertad. Son celosos de los dioses del dinero, la fama, el poder y la gloria, y no les interesa el Proyecto de Cristo todo-inclusivo.

Si mantuviéramos la separación Iglesia-estado en sus mismas entrañas, no nos perturbaría que la sociedad pagana peque moralmente y que un Gobierno libere “su derecho” humano. Pues, la Iglesia no está para cambiar el mundo, sino para mutuamente cuidar uno al otro en su interior, viviendo en unidad. Pero los que llegan a un puesto notable en cualquiera de las asociaciones, convenciones, confederaciones “evangélicas” en Argentina, siempre fueron los que están en la vitrina y pueden decir como el Diablo, “todo esto te daré, si postrado me adoras”.

Había viajado en el año 2001 desde Mendoza hasta Buenos Aires a ver a mi hijo del medio, que hacía años no nos veíamos, y de repente me recordé de un jerarca de la CEBA y fui a verlo. Hoy ese hermano ni es bautista más. Cuando por ética le manifesté confianza en la Convención para resolver el problema que surgió en la Iglesia Bautista que yo pastoreaba allá, se rió, confesando que la Convención y la Orden de pastores de los bautistas no eran confiables. El Capitalismo siempre divide; siempre los malos, endemoniados y satanizados son los ateos del Comunismo, cuando sus mismas iglesias son sostenidas por una feligresía masivamente “no-capitalista”, aunque no siempre comunista o peronista, y tan solo genuinamente evangélica.

Una característica irreconciliable con el Evangelio de Jesucristo, es la severidad, la crueldad, el no-perdón, la falta de compasión, de solidaridad, de humildad, de humanidad, de generosidad, y fraternidad a pesar de que otros difieran en lo secundario. Jesús confesó de no avergonzarse llamarnos hermanos, pero estos capitalistas se creen mejores que Cristo, y se llenan la boca de “defensa de valores y principios morales”, encubriendo su odio clasista y de una falsa méritocracia.

Tal vez Hugo Márquez entre los años 2015 y 2019 todavía no “tenía el sartén por el mango”, pero lo cierto es que ni ACIERA, ni la FECEP, ni la CEB y otras de las mayores, jamás vieron el DESGOBIERNO realmente masónico, por tanto, satánico, del anterior Gobierno, y lo blindaron, defendieron, y soslayadamente los siguen ignorando por las decenas de delitos cometidos, en nombre de Dios, y en un año y medio de pandemia, con el incuestionable caos que dejó el MACRISMO, reconocido mundialmente, un Gobierno que no es por ser hipotéticamente lo opuesto al Neocapitalismo, sino porque siempre ha desnudado la hipocresía de los capitalistas que falsamente hablan de patria, Dios y familia, sean políticos, industriales, profesionales, militares o religiosos. Y es eso que duele a sus lacayos.

Hermano Hugo Márquez. Seguí nomás tu obra en Neuquén, que nadie de nosotros puede juzgarte, a no ser el Estado en lo que es del Estado, porque Dios te juzgará por lo que haces, y pocos de la Iglesia fundada por Cristo estamos autorizados a constituirnos en Tribunal ahora, y con seguridad, si haces bien, tendrás tus recompensas, pero no te engrandezcas por estar hoy en la cúpula de dos estructuras humanas relevantes, para aprovechar a demonizar a los hermanos que piensan diferente, y saben que tu evangelio no es el de Jesucristo sino el Sionista.