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quarta-feira, 16 de março de 2022

La Otra Guerra que se Libra en medio de la Iglesia

Hace como 7 u 8 meses que estoy en una batalla espiritual adicional a la que llevo viviendo 68 años desde que nací, tanto humanamente, como hijo de Dios y por lo tanto también como siervo del Señor. Esta vez con extravagantes experiencias con demonios y el mismo Diablo. Nunca fui aficionado a magnificar la fuerza del Mal, y siempre fui defensor de la omnipotente Soberanía de Dios, pero lo que me ha venido pasando, que yo recuerde, sólo lo ha vivido Martín Lutero en determinada ocasión.

Esta noche fue extravagante. Todos los días y todas las noches simplemente vencí, salvo momentos de fracaso que aproveché para aprender algo nuevo y descartar teorías y teologías evangélicas que justifican la finitud humana.

A algunas personas más íntimas y de confianza, de Dios, les decía que consideraba que Dios me estaba preparando para los días venideros, en los que se necesitaría una batalla espiritual atípica, insólita, extraordinaria, mucho más allá de echar demonios de las personas.

En el proceso, puse en el altar cada detalle y centímetro de mi vida que Dios me mostró que era necesario. Cuando no era Dios señalándome una debilidad en mí, me volvía hacia el Diablo y primero que nada le decía que mediante que él se había entrometido conmigo, descubrí tal punto, pero que no le daría crédito, ni gracias, ni le alabaría, y que le estaría pisando antes de corregirme, alabando solo a Dios.

Ayer mismo registré y escribí sobre la presencia de demonios en la tierra como materialización de personas humanas muertas en el Diluvio, o de cualquier otro tipo, pero materialización al fin, que imitaría la Encarnación de Dios, como todo lo que hace el Diablo.

Y hoy, por primera vez en mi vida, me detuve a investigar y me encontré con este video: https://fb.watch/bNUtrWter8/. Debido a tantas experiencias, y durante tantos años, hoy interpreto lo que está pasando en el mundo a través de los líderes más contradictorios del mundo, como Trump, Putin, Zelinski, Macri, Bolsonaro, Kim Jong-un, Maduro, y entiendo la enorme misión que Dios ha dado a ciertos siervos suyos en los que puede confiar que nunca se harán serviles a la división de Su Reino, y tampoco trabajarán para el Anticristo. Y también se me explica para qué y por qué tanta lucha con los demonios, y desde los humanos traiciones, aborrecimientos, odios, separaciones, abandonos y persecuciones contra mí en tan poco tiempo, y simultáneamente, sin justa causa alguna.

Una de las caras más enigmáticas del imperio de las tinieblas que se me revela en estos momentos, fue precisamente la materialización de espíritus humanos rebeldes, transformados en demonios, con apariencia de ratas, pulgas, murciélagos, serpientes y buitres. Los vi y escuché como si yo estuviera en una guerra entre naciones, teniendo que lanzar tiros que no daban en el blanco, y de pronto por un solo cohete espiritual escuchar y ver huir bandadas de demonios, como pájaros de todas clases y de diferentes tamaños.

Honestamente, no tengo nada de miedo, pero siento que no puedo manejar la batalla solo, y me preocupa que casi todos los "siervos de Dios" estén en otra cosa, y si llegando a verse acorralados para reaccionar, lo harían en las prácticas tradicionales, como por una artillería obsoleta, sin éxito, perdiéndose millones de almas por falta de guerreros bien preparados para esta hora. Creo que la guerra más grande no será una Tercera Guerra Mundial, sino uno o muchos cristianos contra la OTAN y los demás ejércitos del mundo que se preparan para enfrentar a Cristo en Armagedón.

16.03.22

Ap. Tito Berry

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