No es ninguna virtud que el hombre divida conscientemente Dios-Diablo, el bien del mal, blanco versus negro, iglesia contra el mundo, y en política, Derecha-Izquierda, porque primero, hay que vivir lo que se predique o defienda, y segundo, hay separaciones que no acontecen mágicamente, como cuando Dios dijo “Haya luz”, aunque no fue mágica. Hay separaciones como esta, que sólo Dios la realiza. Y otras, que demandan un proceso justo e verdadero, sino, el lado oscuro se queda fingiéndose de luz, como Pablo dice respecto del Diablo, y todo engaño es.
Motiva esta reflexión que un pastor amigo haya puesto su grito en las nubes, cuando mencioné los 30.000 desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina. Yo no afirmé ni defendí esa tesis; pero él, sí defendió que era una cifra falsa, y que merecían ser desaparecidos. Mi consciencia “pura”, que es mucho más perfecta que la “limpia”, por la gracia de Dios, genera en mí una repulsa de “pastores” que hablan, escriben y defienden cosas que desconocen, tan solo por odio.
Y aquí llego al punto de mi reflexión: EL ODIO Y LA DIVISIÓN.
Si hacemos ejercicio mental para reflexionar, hacer inferencias gramaticales válidas, meditar, auto-examinarnos, y en una actitud honesta delante de Dios, la Luz verdadera, veremos que el odio genera división, y que en la misma vez al dividir o separar, generamos odio. El odio y la división andan juntos, son un matrimonio infernal, que sólo multiplican males viciosos que petrifican vidas, momifican humanos, y destruyen los fundamentos de la vida, la unidad, la paz, la justicia y la verdad. En otras palabras, “destruyen la tierra” [Ap. 11. 18].
¿Pero, acaso odio, por ser de Izquierda o Derecha política? La Palabra de Dios dice que “un poco de levadura, leuda toda la masa”. Pablo dice en Colosenses 2. 8 que hay un antagonismo claro y radical entre filosofías y Cristo. Y en Lucas 16. 13 el mismo Señor nos afirma que su batalla a través de los siglos es Mamón versus Cristo; no existe batalla Cristo-Diablo, ni batalla del Bien y el Mal, o Calvinismo versus Arminianismo. Toda separación no creativa como los injertos en los árboles, son Cristo-Mamón. Y Mamón es dinero-poder-fama.
La cuestión 30.000 desaparecidos versus la afirmación “no fueron 30.000 y tampoco fueron inocentes”, se edificó por EL PODER, y este no surge de los despojados sino de los manda-más. Como verdadero y completo siervo de Cristo, y no de Mamón, ni en un único punto, jamás me meteré a defender al General Perón que se rebeló a la corrupción militar, ni al Ejército por mantener “valores y principios” que afirma defender. Hice el servicio militar, y mi experiencia es que no hay colectivo humano más corrupto e inmoral que el militar, pero también respeto a los que puedan afirmar lo contrario.
Creo que un pastor, sea yo o cualquier otro que se ponga de un lado, subestimando e rechazando las argumentaciones del otro lado, es simplemente siervo de Mamón; esclavo del Poder dominante en su espacio o vida, y no servimos para pastores.
No se trata de ser complaciente o indefinido, sino de literalmente sacar de raíz de nuestras vidas de siervo el partidismo, el favoritismo, la división, el odio, la injusticia, y los juicios indebidos. Valorizo mucho los servicios brindados por un militar, o varios, a la Iglesia o a un hermano en Cristo, pero el reino en el que vivo, y que predico, oro por él, y no le impido aparecer, ser y dominar mi vida, ministerio y todo, es Cristo, no las filosofías, ni la doctrina militar claramente en pugna con el Evangelio.
Los pastores que se ocupan de defender lo contrario de los defensores de juicio a la Junta Militar de Argentina que ejecutaron golpes de estado y alimentan sin parar el odio y la división, deben de saber que siembran para la Batalla del Armagedom, cuando se armarán y batallarán contra Cristo abiertamente. Los Evangelios nos demandan hacer opción preferencial por los pobres. Si los que dicen llorar sus muertos en manos de tal dictadura, deberán demostrar que no lo hacen por odio, y los cristianos debemos solidarizarnos con todos los que sufren genuinamente, de cualquier lado en que estén.
Toda vida es valiosa a los ojos de Dios Creador. El Ejército Argentino
dejó el Chaco argentino, más precisamente desde una chacra alado de la de un
cuñado mío, pasando por Sáenz Peña y llegando a la cárcel de Resistencia,
MANCHADO DE SANGRE INOCENTE de un evangelista y su hijo, cuando por dos años
oramos por su libertad. Llegaron a mi puerta, me entrevistaron, y vi cosas
horripilantes, y volví a ver en Brasil por argentinos “escapados” de la
justicia militar persiguiendo a quienes según profirió ante mí un pastor “no
fueron inocentes”.
Permiso, pastores: Me voy. Ese evangelio no es el de
Jesucristo. Le doy al Cesar lo que es suyo; soy IGLESIA, no ESTADO, pero tampoco le daré lo que es del Cesar a DICTADORES que usurpan el Poder. No fuimos llamados para ejercer la fuerza sobre el mal, creyéndonos
del bien. Si el mundo hoy padece guerras, es porque los hombres religiosos que
debían llenar la tierra de paz, se ocupan de dividir y sembrar odio,
por un evangelio que juzga y condena al diferente, inocentando a los defensores
de filosofías tales como el Calvinismo y el Arminianismo. ¡Estoy fuera! Estoy
llorando con los que lloran, y si quedara rico, no gastaré mi dinero en fiestas
y playas sino en servir a quienes sufren, sin descuidar que pueden intentar engañarme que sufren, no teniendo más que otra filosofía que alentar.
Tito Berry
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