Los evangelios presentan a María Magdalena como una discípula de Jesús, testigo presencial de su muerte en la cruz, y primera testigo de su resurrección. En los cuatro evangelios hay doce referencias a ella, once de las cuales se vinculan directamente con la pasión y resurrección de Jesús. Sólo Lucas [8. 2-3] agrega el detalle de que “María, llamada la Magdalena” era la mujer a quien Jesús liberó de siete demonios. No se sabe nada más. Tampoco puede afirmarse que haya sido prostituta como se cree comúnmente. Sin embargo, ni la Iglesia Católica deja de rebajar a las mujeres en sus ministerios. Mucho más las Protestantes.
Habiendo gozado del privilegio de ser la primera en contemplar el Resucitado, fue enviada por el mismo Jesús a anunciar a los apóstoles la buena noticia, pero el machismo imperaba entre los judíos, entonces Jesús no le nombra apóstola pero la envía como tal. Puesto que “apóstol” significa “enviado”, puede comprenderse, siguiendo este sentido, que tanto los Doce hombres constituidos por Jesús “apóstoles” como María Magdalena y más 70 o 72 por otro lado, de dos en dos, que bien podían ser matrimonios también, reciben implícitamente el mismo apelativo, y en el caso de esta mujer, de “apóstola a los apóstoles”.
Esto también se prueba por el hecho de que Jesús nunca desentonó de los judíos, sino que siempre fue a las mismas raíces de sus verdaderos significados de lo hablado o hecho por Dios en el pasado, y hasta cumplió la Ley completa y perfectamente. De ahí que la revelación afirma que “los llamó apóstoles”, del hebraico pronunciado Sheliaj que significa mensajero, enviado, representante o intermediario.
Lo que hizo Jesús en Lucas 6. 13 fue constituir, no denominar. Constituir es enviar, nombrar representante, designar. Él mismo fue “designado” en Romanos 1. 4-7 y por el contexto, los doce en especial, y toda la Iglesia en lo general, en este pasaje bíblico. Es Constitucional que Jesús envió a hombres y mujeres igualmente, y anticonstitucional darles títulos, pero no pecado.
Denominar es dar un título. En Efesios 4. 11 tampoco Él está diciendo <<a unos daré el título de apóstoles; a otros de profetas, evangelistas, pastores y maestros>>. El Señor Jesús fue apóstol a las ovejas perdidas de la Casa de Israel, de ahí que se cuidaba de no hacer un corte abrupto de la religión para la vida. ENVIÓ a María Magdalena a los Doce, y envió a los doce apóstoles con las siguientes instrucciones: «No vayan a los gentiles ni a los samaritanos, sino solo al pueblo de Israel, las ovejas perdidas de Dios [Mt. 10. 5-6]. Y no dice que envió a “los Apóstoles” [lo cual limitaría el apostolado a ellos, y si en mayúscula, mucho más, ya como título], sino que envió “a los doce apóstoles”. No envió a uno ni a los 72 sino a los 12 a quienes llamó “para estar con él” [Mr. 6. 13-14]. Al escoger a 11 buenos y a uno malo, tenía en mente principalmente tener testigos de cuando resucitaría, pero enviar a predicar, lo hizo para con todos, y para todos los tiempos.
Al machismo judaico Jesús trató con cuidado, para poder introducirlos a la gracia, pero en el actual contexto en que superabunda la gracia, no hace falta cuidarse de nadie [Rm. 5. 20; 2 Co. 4. 14-15]. Realmente, la Biblia afirma Jesús haber enviado apóstoles y apóstolas.
Al que no le guste, que ostente su título con la firma de Jesús.
Tito Berry
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