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sexta-feira, 16 de abril de 2021

¡QUÉ TRISTE ES MI PAÍS, CON TANTA GENTE SIN GRACIA!

 


Algunos supondrán que yo sea envidioso. Cierta vez a un pastor al que yo estaba bastante asociado le quitaron el trono denominacional. Llorando grabó un video que él mismo lo publicó pidiendo misericordia porque ‘tiene’ una familia [esposa e hijita] que mantener. Luego, dialogando con otros, comentó que quien escribe esta reflexión era envidioso, por el rol que me atribuyó en su caída. Luego, un grupo de hermanos le sostuvo e iniciaron una nueva “iglesia”, que me conste, próspera. Hoy le preguntaría quién es el nuevo envidioso que le derriba en pandemia, que, como tantos otros templos cerrados debe estar padeciendo una gran crisis. Él y yo, ?no tenemos hoy la misma vida por causa de la Pandemia? Hay demasiada gente SIN GRACIA en nuestra sociedad actual. ¿Por qué no se ven?

2 Corintios 8. 9 [JBS]: Porque ya sabéis la gracia del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.

En ciertos casos, la proporcionalidad o CANTIDAD no funciona, como en el de Brasil-Argentina respecto de los pobres y los ricos. No se debe, en este caso, considerar el número de cada población, sino otros paradigmas, como LA CUALIDAD. ¿Cómo reacciona Brasil en una crisis económica? En lo que va de un siglo, y más, he observado y leído que en tal situación los empresarios, industriales, la agropecuaria, y el comercio, no se alteran como para parar el país, y torcer las decisiones del gobierno por palear la situación. En Argentina siempre fue absolutamente lo opuesto. Estos mencionados aquí, son los primeros y más pertinaces rebelados a las medidas que los gobiernos toman por solucionar crisis. Llegan al punto de máxima inhumanidad de fugar del país su producción, y el dinero. Creo que esos argentinos son mucho más anti-patria que los brasileños. Y pudiendo igualarse, en tiempos de paz y prosperidad, tampoco se manifiestan por potenciar el turismo sino que van a Brasil a vacacionar.

La CANTIDAD de riquezas de Jesús era infinita, y él, en su sano juicio decidió cambiar a otra vida, donde SU RIQUEZA no contara para nada, y enseñarnos que LA POBREZA es capaz de enriquecer a muchos más que mantener a uno sólo en ella.

El texto también afirma que lo que enriquecería a sus creyentes no es la riqueza de ser Señor sobre el cosmos, sino la riqueza de la bondad divina, su generosidad, el DARSE, y no el gerenciar su bondad desde un trono etéreo e inaccesible. Luego, la riqueza que vale en nosotros, es la que la pobreza de Cristo genera.

Me deja aterrado ver “cristianos” miserables [porque siquiera tienen riquezas materiales suficientes para vivir sin trabajar y “disfrutando del mundo” hasta morir], en plena CRISIS sacándose fotos de comilonas, fiestas, o de viajes turísticos. Ahora usted, lector, entiende porque empecé hablando de la ENVIDIA.

Me sorprende ver a hermanos cristianos injuriando a los más pobre que ellos, o publicando frases o dichos de GENTE SIN GRACIA, que siempre tiene por enemigos a los gobiernos que dan subsidios o ayudas emergenciales a los más pobres, o a estos mismos pobres. Parece que ni duermen en paz pensando cómo eliminar del planeta a tales Gobiernos y a tal población mundial altamente sufrida y desamparada.

Inventan todo tipo de argumentos por alimentar y mantener su odio, y los idiotas le creen y diseminan sus venenos. ¿Por qué les llamo GENTE SIN GRACIA? La connotación tiene dos lados, basada en el texto bíblico en que responsabiliza a LA GRACIA de Dios el elemento que le llevó al Hijo despojarse de su riqueza para hacerse pobre, para enriquecernos: 1) Todo lo que somos y tenemos es GRACIA DE DIOS [no méritocracia]; 2) Sin Gracia son, porque la Gracia de Dios llega hasta ellos, y de ahí no sale nada de gracia a los demás, o muy poco, o sólo cosas materiales.

Es preferible no dar dinero a nadie, ni un plato de comida, pero no ser una persona mala, sin gracia, que publique ofensas a los más pobres, y viva adhiriéndose a las argumentaciones falaces de los más ricos, llamándose cristianos. Es preferible no publicar fotos de nuestros buenos momentos, antes que justificarse al dar un pan a un transeúnte. Yo ESTOY DE LUTO desde que comenzó la Pandemia. Como bien, duermo bien, vivo cómodo en todo; no me falta nada, estoy avanzando en mis propósitos e ideales, madurando en Cristo, superando defectos y pecados, amando a la gente, perdonando y teniendo paciencia como nunca antes, sin mendigar nada. Tengo aparceros ministeriales, no “ricos a quienes pedir algo”. Mi LUTO es por aquello que Pablo dijo: “llorar con los que lloran”. Jesús vino no “cancheriando”: haciéndose el grande, el bueno, el imprescindible [dicen los SIN GRACIA: “si no fuera el campo, ustedes morirían de hambre”], y tampoco buscando que le tengan lástima o le elogien la acción. Vino voluntariamente a salvarnos, porque sabía que éramos miserables, irrecuperables. Con respecto a su naturaleza, afirmó ser alegre y feliz. Cuanto a nuestra naturaleza, lloró en Getsemaní y en la casa de Lázaro. No lloro por tener lo que no tengo, o lo ajeno, sino por sus lamentables miserias e hipocresías, y también por los que padecen pérdidas en este tiempo. Mi naturaleza cambiada no me permite andar de farra.      

Tito Berry       

 

 

 

 

 

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