Tal vez cuando escribo o digo que Dios hará justicia al humano, al Diablo y al Padre, parezca un disparate incluir el Diablo, como si Dios le debiera algo, pero no, lo hago propositalmente para despertar conciencias e interesar encontrar base de ello en la Biblia, y hoy decidí ayudarlos a encontrar su justa explicación.
Dios Triuno ha trazado un plan, que se convirtió en la práctica en Plano de Obra, porque desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura Él está construyendo algo extraordinario que escapa de nuestra finita capacidad de comprensión y claridad de justificación.
Sin que descubramos el Plano Eterno de Dios, la Iglesia es una asamblea popular más, como antiguamente, con apenas un uso más peculiar, nada más. La Biblia será un libro más, lleno de errores y no muy confiable, ya que los católicos tienen una en tal vez 90 % igual a la de los evangélicos, y estos tienen otra tal vez apenas 10 % distinta de la católica; y las sectas “cristianas” tienen otras biblias, o la misma de los católicos o evangélicos, pero adulteradas propositalmente.
Lo que era La Iglesia desde Cristo hasta alrededor del año 313 después de Cristo, es la suma de la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Cristiana Evangélica.
Lo que era la Palabra de Dios única, hasta el establecimiento de los dos principales cánones de las Sagradas Escrituras, se encargaron de llevar al terreno de las complicaciones el Concilio de Trento de 1546 que reafirmó su finalización en el catolicismo como consecuencia de la Reforma Protestante, y los Treinta y Nueve Artículos de 1563 para la Iglesia de Inglaterra y la Confesión de Fe de Westminster de 1647 para el calvinismo inglés, estableciendo las finalizaciones oficiales de esas nuevas ramas del cristianismo en vista de la ruptura con Roma, que tampoco era La Iglesia sino una degradación de ella.
Esto implica que, ninguna de las dos partes, o tres, incluyendo el Luteranismo, tiene la debida moral y la necesaria autoridad para establecer nada y mucho menos de excluir la parte que le sea adversa. Pero, ¿fue este largo y entretejido cisma en que contó mucho la influencia de la Política en la Fe Cristiana, un hecho aislado, o parte de un todo? Bien. Mientras lo tomemos como un hecho aislado, la contienda jamás terminará, y nunca habrá paz, unidad ni reconciliación, ni mucho menos una intervención divina injusta, que en ningún caso será así.
La solución está en la misma Biblia, soslayándose todas las diferencias en ambos cánones, el Católico y Ortodoxo, y el Protestante, porque Dios es JUSTO y no tiene nada que ver con nuestras diferencias. El Cisma no fue un hecho aislado sino dentro de un todo que ambas teologías contienen: LA CORRUPCIÓN UNIVERSAL TOTAL.
Y como esta Corrupción ya había sido prevista
por el Dios Triuno en la eternidad pasada, y por ello, y por otras razones,
planificaron todo hasta la eternidad futura, la llave que explica todo y
resuelve todo es EL PLANO ETERNO DE DIOS que, necesariamente, trae la unidad de
los verdaderos cristianos, e incluso de los judíos que aceptan que Jesús es el
verdadero Mesías. Esto determina que Dios Triuno irá a hacerle justicia al
pecador engañado, perdonándole sus pecados; al Diablo, el Engañador y
Corruptor, porque actuó en la potencialidad que el mismo Dios le había
conferido, aunque lo hizo para el mal y no para el bien, por lo que Dios le hace justicia al dejarlo actuar en el mundo hasta el día y la hora de su fin preestablecido en el Plano; y al Padre que llamó a los
otros dos de la Divina Trinidad a conferenciar para crear al humano a su imagen
y semejanza; para luego encarnarse [viviendo la vida humana, pero sin
pecado], morir y resucitar, y así procesarse para entrar en sus creyentes, y
finalmente, para la creación y edificación completa de una Esposa para el Hijo,
rescatados los engañados, castigado el engañador y hecho perfecta y
completamente satisfecho al Padre, eternamente. Esa es la Justicia de Dios. Infinitamente superior a la Biblia y a Su Iglesia.
Esto determina que debemos sí actualizar la Biblia a esta revelación absolutamente bíblica, pero oscurecida por el divisionismo que quebrantó la unicidad de las Sagradas Escrituras por influencias políticas: De un lado, el Imperialismo Romano; del otro, el sueño Capitalista Inglés, que en parte fue amenazado por alguna restauración mínima del Arminianismo de la época, que también queda desfasado al día actual, ante la perfecta y completa revelación del CONSUMADO ES.
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