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sábado, 19 de setembro de 2020

Cuando Dios no quiere

 


Vivimos un tiempo en que la mayoría de las recetas de la gente para otros, y no tanto para sí mismas, está quedando al descubierto que fallan. Tarde o temprano uno llega al punto de confusión y perdición como los demás.

Creo que los que más están sufriendo, son los que perciben el mover de Dios, y se dejan tratar por Él, y los que ya venían siendo tratados por Él ampliamente, y la crisis actual los encontró casi listos para ser enviados por el Señor a ayudar y servir a otros.

Muchos, ya antes habían demostrado al Señor desinterés en ser moldeados y enviados; a estos, el Señor ya los había abandonado, o está abandonándolos, hasta que se les termine el agua de sus cisternas rotas, y las fuerzas de sus brazos de carne. Todavía se sienten felices, seguros y “cuidados”, siendo los que menos se importaron del Señor y sus negocios, cuando no había pandemia alguna.

No es cuestión de erigirnos malagüeres, ni de alegrarnos de los sufrimientos ajenos, pero “juventud” en Eclesiastés 12 y “viejo” en Juan 21. 18 tienen connotaciones espirituales, y no se limitan a edades cronológicas.

Joven es principalmente el arminiano [pero el calvinista también] que decreta, proclama, declara, ordena, determina, y le obliga a Dios servirle, y nunca se dejó tratar por el Alfarero, y así mismo se cree “enviado”, y todavía se puede jactar de sus éxitos y de sus conquistas “porque trabajó, y lo que tiene lo ganó con su esfuerzo”, o fue fiel a una doctrina, y viejo no es el calvinista, sino el que se deja tratar por el Señor, porque nada tiene a perder desde que se hizo esclavo de Jesucristo, y reconoce completamente que si Dios quiere, será; si Él no quiere, no será, y vive y muere feliz, glorificando al Soberano.

Al JOVEN le viene la noche y su casa está prestes a caer (Ecl. 12. 1-8). Al VIEJO le vienen “los días de los cuales dice no tengo en ellos contentamiento”. Unos decretan, pero el virus le alcanza igual. Otros se refugian en su fidelidad a Dios, en el mantenimiento de la doctrina, en sus buenas intenciones, y a ambos el Soberano dice “NO QUIERO” cuando quiere. Dios está cansado de que le hagan “otro dios” que demanda sacrificios y no fe. Creo que lo que está pasando hoy, es la repetición del Libro de Job. Estamos discutiendo con Dios, y defendiéndonos, como si fuéramos dueños de algo. Y lo curioso, es que los que más se creen estar bien hoy y por eso mismo ven pecados en los que sufren, y les ofrecen sus críticas no pedidas, no serán mañana los prosperados sino el Soberano prosperará al que se humilla en reconocer la Soberanía de Dios, pero no en lo material, sino en lo espiritual.

Pero Job es el primer libro de la Biblia. Cuenta de un tiempo en que los humanos ni Ley tenían, y sólo se movían por su conciencia, pero nosotros hoy ya tenemos fracasada la observancia de la Ley Mosaica, contaminada nuestra conciencia, y estamos delante del Evangelio de Jesucristo para ser juzgados, y de Su Gracia para ser salvados. De cuatro cosas no es día hoy: 1 De jactarse; 2. De pedir y demandar nada de Dios; 3. De desperdiciar el tiempo para cambiar, y 4. De trabajar sobre las ruinas que Dios permitió a Satanás destruir. Sí es el día de levantar, rasgar el corazón, descubrirse la cabeza de nuestra presumida capacidad de “poder”, postrarse en tierra, y adorar (Job. 1. 20). Y Dios enmudecerá a los amigos de Job, y sorprenderá al mundo con nuevos JOB en la tierra que sabrán orar por los amigos, y así partirán VIEJOS, pero llenos de días.

Fray Tito Berry     

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