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quinta-feira, 24 de setembro de 2020

“Venciendo el Espíritu del Anticristo”

 

Si todavía no leyó, procure el libro de Sandie Freed No es completo, y muchos tal vez tengamos diferencias de percepción para con esta Obra, pero hay en ella un discernimiento que la mayoría de los cristianos carece.

No hace falta intentar probar por la Biblia. Tampoco demostrar que hoy todo está mal, o al menos peor que antes. No hace falta buscar comprensión, entendimiento, diálogo, porque dede Adán y Eva nunca los humanos quisieron hacerse mea culpa, y culparon a los otros. Pero sí hace falta saber en qué página de la historia nos detuvimos, y no queremos más seguir leyendo hasta su final.

Pues, teníamos todo para ser mejores, para ser más libres, más generosos, más comprensibles, y más tranquilos y felices, pero nos estamos volviendo exactamente lo opuesto, porque nos sobran libros, tecnologías, y medios de comunicación, internet libre, sistemas de legitimación de la mentira, del engaño y de la inhumanidad.

Hubo un tiempo en que se comenzó a decir que se perdió la confianza, la honestidad, la honradez, y la vergüenza. Eso es lo de menos. Ya venimos de andar pelados, de desconfiar hasta de Dios, de trapacear como Jacob, de cuando un príncipe subió a la cama de su padre, y un hombre llamado Onán se creyó dueño de la humanidad.

Lo grave mismo, es perder la esperanza. Recortar el libro de la historia en el versículo que no nos interesa que lean y lo sepan, y afirmar que nada hay mejor que esperar ni nada bueno que hacer que valga la pena.

Entonces, da lo mismo matar a un ladrón, que promoverlo; asesinar a un político, que besar los pies de un reverendo milagrero; hacer romería a altares famosos, como expulsar a un pobre que pide ayuda o busca trabajo, golpeando a su puerta; ser de Derecha o de Izquierda, pero siempre justiciero por manos propias. Da lo mismo mentir, que pelear defendiendo un verdadero hombre; seguir a raja tabla teorías, verdades y consejos de quien no quiere su bien, que perseguir y matar al que sí desea ayudar.  

Da lo mismo esperar al Cristo de Dios, que preparar el camino para el Anticristo; robar, asaltar, engañar y maltratar desde un púlpito, que defender a oligarcas que saquean el pueblo; menospreciar y perseguir al pobre y al más vulnerable, que rezar de rodillas en las calles en tiempos de pandemia, o hacer golpe de estado con la Biblia en manos. Para la mayoría es lo mismo los que mienten y calumnian por odio, pero exitosos, que ellos mismos que no pagan ni cumplan sus deberes ciudadanos, porque esa hipocresía les sirve de méritocracia para subir, pisando la cabeza del más débil.

Les da lo mismo invertir en lujos en su casa, que hacer misión evangelizadora en lugares paupérrimos. Sostener un comedor para niños y familias carenciadas en el África, y derrochar en paseos internacionales cuando quieren. Voy a acompañar a este poste una foto ilustrativa, que no pretende denigrar a nadie, pero que procede, en este caso, como comprobación que vestir de lujo a unos cuantos niños del África, y sacarlos por el mundo para exhibirlos como trofeo de guerra, en realidad son los futuros adoradores de MAMOM que están siendo adiestrados para el futuro en su propios países, de entre millones de hambrientos y desnudos. 

 Decirse católico persiguiendo al Papa y a sus sacerdotes, o decirse cristiano-evangélico mamando del Estado y cometiendo toda clase de corrupciones, sonriéndole a sus hermanos, engañosamente.

Todo cuanto hacen o dejan de hacer, resulta de cálculos meticulosos para quedar aquí eternamente, amparados por el dios MAMOM, como dioses, y desconectados por completo de Dios. ¡Tremenda falacia! Pero también, eficaz sistema anticristo de engaño al que adhiere la mayoría de los así llamados “cristianos” que ni sabían, o que nunca tuvieron un real encuentro con Cristo, o engañados, se dedican a engañar a los incautos. Por un lado, a esta gran mayoría mundial, tanto de paganos como de cristianos nominales, LE SOBRA DESHONESTIDAD y LE FALTA ESPERANZA. La honestidad nos lleva a ser coherentes, justos, y verdaderos, y la esperanza se hace firme y segura.

En este instante hay en el mundo, 7.814.092.839 personas. Cuando Elías afligido dijo “Sólo yo he quedado”, Dios le respondió “No, Elías. Tengo más 7.000 que no doblaron sus rodillas ante MAMOM” [parafraseando], y nos habló de una ínfima cantidad de humanos que no se desencaminan de Dios. El número tan pequeño, DESESPERA. Pero al menos, con seguridad, no viviremos el final del libro de la historia SOLOS.

Dios siempre supo que la historia terminaría con una mayoría yendo al Infierno por adorar a MAMOM, y con una ínfima parte de la humanidad agrupándose para reinar con Cristo en el Milenio, aquí en la tierra, pero en un reino que no tendrá fin en tiempo y espacio, porque es el propio Dios verdadero judeo-cristiano.

No en vano a las siete iglesias del Apocalipsis, declaró que él tan solo espera al menos un hermano por ciudad del mundo, haciéndose VENCEDOR.

Los eventos que la autora mencionada enumera como que estaría aconteciendo en el mundo al final de la historia, son: [2] Abuso del don de profecía; [3] Opresión a las mujeres; [4] Dominio étnico, y [5] Perversión Sexual.   

Rescato de estos cuatro como el principal, el que coincide con Génesis 3. 15: LA MUJER. El aborto es la resistencia por su sobrevivencia. El homosexualismo y la Ideología de Género son el blandir de sus espadas en tiempos cuando si no se defienden, no tienen esperanza de ser libradas y reconocidas. El Feminismo es la forma pentecostal de “avivamiento” de la clase, por antonomasia. No nos asustemos. “No hay nada nuevo debajo del Sol”, pero FINAL, hay uno solo, leamos o no el libro de la historia, acontecerá lo que vino sin avisar, y seguirá viniendo sin permiso, porque la población mundial mayoritariamente no lee, no escucha ni guarda las palabras de la Profecía de Dios [Ap. 1. 3]. Tan solo se deja introducir “boca abajo” las recetas y los diagnósticos del Mentiroso Diablo y Del Engañador MAMOM. Y aunque para ser arrebatados hay que amar la Verdad, a quienes porfían en las medias verdades o mentiras, sólo les tocará 7 años más de cruel tribulación, y si ni así cambian, Dios, en su infinita misericordia, y porque el número de los salvos deberá completarse, los esperará mil años más.

Pero hoy también es el día, tanto de los que ya no tienen esperanza como de quienes decidieron andar como de día, honestamente [Rm. 13. 13] a quienes Dios promete perfeccionar “hasta el día de Jesucristo” [Fil. 1. 6]. El proceso no es descansar, “total ya falta poco para el fin” o declarar “si el Señor me quiere llevar, que me lleve…”, sino dejarse perfeccionar.

Misión Mundial de la Gracia

Tito Berry

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