Juan 6. 66-68:
Como resultado de esto muchos de sus discípulos se apartaron y ya no andaban con El. Entonces Jesús dijo a los doce: ¿Acaso queréis vosotros iros también? Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.…
¡Interesante! Jesús no tenía casa, ni “donde recostar su cabeza”, o sea, era RE-POBRE, y de entre los cientos que le seguían, todavía había doce que nunca pensaron irse de él como la gran mayoría.
¡Interesante! La gran mayoría se fue de él, al escuchar que el requisito para ser de su grupo, era comer su carne y beber su sangre.
¡Interesante! De los Doce que quedaron, sólo uno, al final, desistió de seguirlo, y fue el que guardaba el dinero del grupo.
Estos tres versículos hablan de dos grupos: Los que se quedaban con Jesús porque sólo Él tenía palabras de vida, y los que no se importaban de esa palabra, y estaban con MAMOM, el dios que engaña por las riquezas materiales. No existe parangón alguno entre Jesús y Mamom, o entre las palabras de vida eterna de Jesús y el engaño de Mamom. Pero la mayoría prefirió volver a su antiguo grupo de referencia capitalista, aunque sabiendo que no todo era real, y que sí engañaba el dios Mamom.
¿Cómo pueden rechazar palabras de vida por el engaño de las riquezas materiales? ¿Acaso por ambos lados, no hay en ellos, evidentemente, la necesidad de “pertenecer”? pues, en este caso no es que “cada uno se apartó por su propio camino “individual”, sino “en masa” a otro grupo distinto del pobre con palabras de vida. El mismo pasaje y el capítulo entero nos responde que eso fue así por dos razones:
1. La situación de pobreza de Jesús no les motivaba quedarse con él. Su enfoque e intereses estaban en pasarla bien aquí en la tierra, entonces, nada mejor que volverse a colocarse debajo de la protección de Mamom.
2. Jesús estaba preparado para quedar solo y sin la bolsa de dinero, pero la mayoría, no. El motivo, fue que no llegaban a percibir que era el dinero de todos, no de Judas.
Vs. 4: La FIESTA era de los judíos, no de Jesús. El Judaísmo, el Legalismo, el Sionismo, la Masonería, la Derecha Internacional Extrema, no se rinden de pasarse de fiesta en fiesta. Se sienten dueños de las riquezas.
Vs. 5-7: Jesús presenta a Felipe el DÓNDE. ¿En la fiesta? ¿Entre los más ricos? ¿En los campos y haciendas de ellos? ¿En los desiertos, y las calles, o vías públicas? Felipe permaneció con Jesús, pero no tenía suficiente mente de emprendedor sino de pobre acobardado.
Vs 8-9: Andrés, hermano de Pedro, fue un mamerto que si lo eligiéramos para presidir nuestro país, le sacaría al pobre lo poco que tiene, y tampoco sabría qué hacer con la mayoría del pueblo.
Vs 10: “Hagan que la gente se recueste”. Había mucha hierba en aquel lugar. Aquí aparece el DÓNDE de Jesús a Felipe: No es un desierto, ni había que caminar hasta salir del país a otro más rico, sino allí mismo, era una pradera enorme, suficiente para albergar a todos. ¡Cuántos se perdieron esta escena extraordinaria dirigida por un pobre llamado Jesús, por haberse ido despreciándolo!
Vs 11-13: Siempre son los pobres los que mantienen a toda la población del lugar. No son los ricos, ni los hacendados, sino los pobres: el niño que entregó todo lo poco que tenía, y el Jesús pobre, enseñando a sus discípulos a administrar poco, para muchos, o sea, para todos. Dice más, el texto. Son los que no trabajan como otros a quienes nunca les sobra un tiempito para ir a escuchar a ese pobre que tiene palabras de vida, sino que en pleno día de trabajo, va atrás de él.
Vs 24-27: Pero esa gente también trabajaba, sólo que apenas por la comida; sino, leamos lo que sigue: “Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, entraron en las barcas y fueron a Cafarnaún, para buscar a Jesús. Cuando lo hallaron al otro lado del lago, le dijeron: ‘Rabí, ¿cuándo llegaste acá?’ Jesús les respondió: ‘De cierto, de cierto les digo que ustedes no me buscan por haber visto señales, sino porque comieron el pan y quedaron satisfechos. Trabajen, pero no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual el Hijo del Hombre les dará; porque a éste señaló Dios el Padre’.”.
Vs 28: Pero la gente más vulnerable, como vimos recién, también trabaja, y quiere trabajar. El texto dice que ellos preguntaron a Jesús ¿Cómo podemos trabajar en la Obra de Dios? La gente que antes se había ido, y trayendo a Judas junto, grafiquemos: Están ahí juzgando a esa multitud como si fueran todos vagos.
Vs. 31-33: Fijémonos cómo Jesús ataca a MAMOM en el corazón de la gente. La mayoría de los adoradores del dinero ya no está allí, pero Jesús todavía percibe que en el más recóndito lugar del corazón de los que se quedaron, todavía estaba Mamom engañándoles con eso de que Moisés y la Ley, y más la méritocracia de cada los salvaba.
Vs 34-38: Aquí unos allí le dijeron: “Señor, danos siempre este pan”. Estos son los de la Teología de la Prosperidad que confiesa que seguir a Jesús prospera y enriquece materialmente. Ellos no estaban pensando en la carne y la sangre de Cristo sino en las codornices, pero de otro mayorista más poderoso que Moisés, a fin de que nunca les faltaran.
Vs 39: Este líder, aunque pobre, era un gran multiplicador de capital, y entonces, ahora se entusiasman en seguirle porque afirma que también es un gran ganador y nunca pierde nada, y además, si ellos murieran, les podrá resucitar para que sigan viviendo aquí en la tierra. Guau! “Así nos convences”, dirían ellos.
Pero Jesús aclara en el 63: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida”. ¡Lo lamento, hermano! Si este capítulo y estas palabras no te convierten de MAMOM a Cristo, tácitamente estás en el grupo de JUDAS, aunque vivas por la filosofía capitalista y te hagas próspero y tengas razones para llamar a los otros vagos, y condenar al Gobierno que reparte los impuestos entre los pobres, y muy a pesar de tu perdición interior, RESUCITARÁS, pero no para vida eterna sino para muerte eterna. “¡Ha, pero sirvo al Señor, y él ve mi corazón!” ¡No, hermano. No sirves al Señor, por más que tengas un suntuoso tempo y miles de seguidores. La Obra de Dios la hace tan solo el que viene a Jesús, y decide pertenecer al grupo de los pobres.
Misión Mundial de la Gracia
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