Dilma sufrió tantas malas sospechas, como quizás Bolsonaro hoy. Para sacar a Dilma se juntaron muchos políticos, aun cuando no había nada reprochable en ella. Lula sigue siendo hoy "el diablo" por un apartamento, sin importar cuántos otros apartamentos hayan desviado los otros que llegan a gobierno, y cuánto le estén haciendo daño a la sociedad, o hayan cometido "los honestos".
Todo sobre los demás está demonizado. Todo lo que hay en este otro lado está divinizado. Primero vino la Reforma Protestante condenando al otro lado, en su "moral impecable", contra toda la corrupción del clero de ese momento. Luego, durante siglos, los “pastores” que nos han dirigido, fraudaron el Evangelio de Cristo que es perdón, salvación, misericordia y compasión, por otro con una espada en la oreja ajena, fuego que presuntamente desciende de los cielos, odio al enemigo, asesinato y despojo de los más pobres, pasando de largo de heridos en su camino, y de la mujer apedreada por adúlteros de toga, insignias militares y diplomáticos de honra, adoradores de MAMOM [el dinero].
El Nuevo Orden Mundial aquí, cuya bandera también dice “orden”, ha llegado y arrasa. Ya no importa la Patria, la Nación de buenos brasileños y de millones de buenos inmigrantes históricos que ayudan a hacer grande al país. Lo que importa es complacer a los más ricos del mundo. No perturban las leyes a favor de los más ricos; las políticas que solo enriquecen a los más poderosos; tranquiliza a las fuerzas armadas pletóricas de privilegios, y empodera a religiones poderosas que usurpan tanto a la gente como las más antiguas, pero conviene a los gobernantes de turno.
No les duele el daño hecho a miles de personas asesinadas por la mala gestión estatal, y los poderes fácticos que magnifican y castigan la corrupción ajena, mientras protegen la propia y la esconden bajo la alfombra del Palacio de la Democracia.
El Evangelio de Jesucristo gime, sufre y reclama gobiernos populares, no de las élites y para ellas; ni a favor de inhumanos y militares. No que por ser ricos o militares no puedan ser por el pueblo, sino que necesitan producir, y no solo gestionar nuestra riqueza, cerrando las puertas del Reino de Dios a las personas, con su falsificación de Dios y del Evangelio de los pobres, y con la Biblia y la cruz para engañar.
En los Estados Unidos, el diablo no perdió ni Dios ganó, pero tampoco Dios perdió y haya el diablo ganado. En la maldad de demonizar a otros, en todo el mundo están haciendo que el Diablo sea menos dañino, y Dios un inútil. Incluso gobiernan invadiendo la esfera privada de las personas y la Iglesia, mientras utilizan a los religiosos para instalar el Gobierno de la Mentira del Diablo y el Anticristo, por la injusticia, la persecución de los opositores políticos y el blindaje de hombres que se benefician por el anti-evangelio.
El Evangelio rechaza, y Cristo denuncia a los políticos que nadan en dinero mientras fingen honestidad y que luchan contra la corrupción, y que para protegerse demonizan a los del otro lado. Hacen todo lo posible para quedarse atornillados en el Poder, y no dejar que otros regresen o aparezcan, hasta que pasen décadas o siglos cuando la gente llegue a ver normal su esclavitud. ¡Malditos adoradores de Mamom!
Dr. Tito Berry
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