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sábado, 2 de janeiro de 2021

Mamón, el dios "Capital", y los Capitalismos Hoy

Algunos de mis lectores me condenan "izquierdista", por su supina ignorancia y bestial intolerancia que les dominan. Cuando condeno los Capitalismos de Exploración y el de Especulación y rescato con poco margen de utilidad el Capitalismo de Cooperación, y defiendo al Pobre y a los más vulnerables, me presumen izquierdista, porque conocen un bledo de ciencias sociales y políticas, y un doble bledo de Biblia.

Cuál es, de veras el significado de Mamón en el Nuevo Testamento castellanizado en nuestras Biblias?

El vocablo mamona o mammon del arameo, que significa abundancia, riquezas, es también mammon en inglés, y mamón en español. La mayoría de las versiones bíblicas traducen “las riquezas”, y últimamente están trayendo “el dinero”. La palabra también tenía y aún tiene el sentido de “todo lo que no es Dios”, o se acumula. Pues, la oposición denunciada por Jesús, implica la existencia tan solo de dos contrincantes: uno que es el mismo Jesús declarado por el Padre Señor de todo, y otro que usurpa la propiedad de ese todo.

Dinero es un símbolo representativo, no es real ni concreto; sólo es el registro de determinadas riquezas, pero nunca puede expresar la totalidad de ellas.

.Riquezas tiene el sentido de abundancia, tanto en lo que respecta a lo humano, temporal y material, como a lo que concierne a lo infinito de Dios, eterno, inconmensurable e inescrutable en Cristo. Como material y temporal, Luzbel era el señor de ello en el cielo, y una vez expulsado de allá, comenzó a recorrer la tierra y a andar por ella, hasta que encontró una mujer orillando un territorio muy rico y bello, y allá a lo lejos, vislumbró un hombre muy distraído en el trabajo, y entonces, aprovechó para “negociar” la entrega de ese territorio a él.

Así fue como Luzbel se convirtió en el enemigo número uno de Dios, por usurpación de dominio de lo que Dios mismo puso en él para que brillara y expresara un poco más de su gloria, que Su infinitud desconocida, más la nueva potestad recibida del primer matrimonio en el planeta, que le entregó “de bandeja” las riquezas que Dios le asignó, a cambio de ser como Dios. La oposición entre Luzbel y Dios inició, pero como Luzbel, ahora de nombre Diablo no se imaginó la incalculable dimensión de esa mujer y ese hombre creados como Dios, “se metió en camisa de once varas”, y sólo perturbó por más de dos mil años, galanteando su dominio, sin jamás haber podido demostrar su propiedad de las riquezas.

Cuando el Padre envió a su Cristo, el Diablo volvió a fantasear con un Poder apenas “en el papel”, pero inútil, tentando al Hijo de Dios. Jesús venció sus propuestas, agradando al Padre y poniendo a los ejércitos celestiales a su servicio. Llegado este punto, el Diablo se quedó con Mamón, y Cristo se convirtió en el TODO que triunfa y vence, mientras Mamón intenta blindar y proteger al Diablo. ¡Qué oposición estúpida la del Diablo! Siendo Cristo EL TODO, ¿se salvaría el Diablo de la condenación eterna por MAMÓN? ¡Nunca! Pero al menos, por este, logra engañar a la gente, y entretenerla dejos del verdadero Dios.

Los impíos intentan, últimamente, demostrarnos por la antropología que Jehová es un dios en paridad con otros dioses, pero nosotros sabemos que eso no es verdad desde que Jehová se hizo humano con nombre Jesús, y luego se procesó a Espíritu de nuevo pero ahora con toda la humanidad redimida en él, adentro nuestro. Es algo así como si intentaran convencernos que un vaso lleno de bebida rojiza sea jugo de uva, pero que al probarlo percibimos que contiene alcohol, y si nos gusta, seguimos tomando, y podemos quedar ebrios, dominados por él. Después que Dios entró en nosotros, nadie y nada nos pueden demostrar que ese Dios amalgamado con nuestro espíritu sea paralelo o semejante a jugos y gaseosas que aparentan ser iguales a Él.

Entonces, ahora, sabemos lo que es EL TODO, y conocemos sin parar cada vez más un poquito de las inescrutables riquezas de Cristo, la verdadera riqueza. Como vivimos nuestra humanidad, y aquí los humanos lacayos del Diablo se apropian de las riquezas de Dios, en algún momento deberemos pescar unas monedas, a fin de pagarle al Gobierno lo que nos obligue, y entregar a Dios la otra parte. Dios no necesita de ella, pero es el legítimo dueño y le asiste todo derecho. Pero darle a Él lo que le pertenece no significa limitarnos a la figura representativa de las riquezas, que son billetes o monedas, ni suponer que entregarle oro, plata y minerales ya le agradamos y podremos vivir sin culpas ni preocupaciones. Mucho menos debemos imaginar que a Dios se le haya ocurrido darnos a nosotros una riqueza ilimitada. El primero a quien Él le dio un poco, se hizo Diablo. El segundo, se hizo entregador, y todo porque Mamón no es apenas una figura representativa, ni toda la riqueza material del planeta, sino que se convirtió en falso dios para demandar a los humanos que le sirvan.

Y como Mamón implica “todo lo que no es Dios-Jesús”, los servidores de Cristo debemos dar al Gobierno lo que es del Estado lo antes posible, para que no nos enamoremos de ello, y con la diferencia, vivir en la presencia del verdadero Dios a quien servimos, multiplicándola [como en la parábola de los talentos] en vida, virtudes, amigos, más salvos, familia, bienes en general, solidaridad, y dedicación completa a Él, de modo tal que el emperador que liberó a Mamón, el Diablo, se vea burlado por nosotros cuando quiera reproducirnos las tres provocaciones que le hizo al Hijo de Dios: Sustento-Poder-Seguridad, y en nuestra ciudadanía terrenal debemos distinguir los tres tipos de Capitalismos, para movernos en el menos malo, que es el COLABORATIVO, cuyo mísero ejemplo son las actuales Rusia y Alemania, y tomar distancia del más agresivo Capitalismo de Exploración de los EUA y el de Especulación de los poderosos en la nación de cada uno de los humanos, que hacen a la clase media y baja trabajar para él, como los israelitas en Egipto. Y esto no es Derechismo ni Izquierdismo. Es CORRUPCIÓN HUMANA de gente que no dirime nada en la oposición Cristo-Mamón de la Biblia, ni aun siendo “cristianos”.

Tito Berry     

 

 

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