Un médico pediatra de México, y rabino judaico, es uno de mis mayores amigos no evangélicos en el mundo. Acaba de ponderar una frase mía, como toda vez que reacciona a mis escritos, yo me enriquezco con sus palabras, y él con las mías. Eso me ennoblece ante el destrato de tantos latinos de habla española y portuguesa que no le llegan ni a los talones a este señor, y que me bloquearon y desprecian. Pues, aunque todo amigo es valioso para mí, los aprendices son mejores que los sabelotodo. Los nobles no tienen madrigueras religiosas donde aislarse, sino el mundo donde abrazar. Comparto con ustedes sus palabras:
“Mi entrañable amigo TB. Cuántos años desde que conocí a Tin-Tin y se trazó una línea de afinidad en pocos segundos que cruzó el continente desde México hasta Argentina muy cerca de sus lindes con Brasil. En cuántas cosas más hemos coincidido en ideas y en propósito. Y si bien no hemos llevado un diálogo continuo, siempre ha sido entusiasta y sincero.
Sigue firme en tus luchas y tarea como es tu costumbre. Te bendigo con el corazón y que a lo largo y ancho de este año la salud no falte. Que el rostro de Dios resplandezca delante de ti y te de Shalom.
Un abrazo grande apóstol Tito Berry. Tan grande como la distancia desde Querétaro México a Curitiba.- Carlos Fernando Herrera López
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