La Propiedad Privada en el Evangelio de Jesucristo prometido a Abraham
Hubo un tiempo en que solo existía el Judaísmo, y luego apareció el Cristo de Dios que vino a liberar a los judíos de su presunción y de todo reclamo legítimo de los legítimos terratenientes de antes de la designación de Dios.
Toda la tierra era de Dios y lo es para siempre. El territorio que luego se llamó Palestina, era un vasto lugar inhóspito, deshabitado y no cultivado. Pasaron junto a él comunidades nómadas, que lo ocuparon por momentos y lo dejaron nuevamente desierto, y también se pelearon entre sí en el mismo piso. Era una época muy primitiva, y Dios fue su dueño quien de repente eligió a un pueblo débil, sin armas, sin ejércitos, y sin líderes y personas prominentes en el poder económico, entregándoles la tierra como herencia perpetua.
Con el paso del tiempo, los legítimos herederos de esta tierra prometida por Dios [su dueño absoluto, entregándole el territorio], recibieron la siguiente ordenanza: “La tierra no se venderá perpetuamente, porque la tierra me pertenece y ustedes son extranjeros e mis huéspedes. Por cualquier propiedad que posean, establecerán el derecho de redención de la tierra” (Lv 25, 23-24). Pero, los israelitas se sintieron superiores y se armaron para defender y defender su tierra, y por lo tanto, debido a su engrandecimiento, fue necesario también que se legisle el uso de tales propiedades. Quien distorsiona esta palabra, haciéndola encajar en una ley de redención y no de propiedad original, es porque ama a MAMOM, pues el texto y el contexto son claros en que se trata principalmente de la primera apropiación de la tierra, y no de las posteriores.
El texto en el que se notifica que Dios decidió crear al humano, atribuyéndole el derecho y la facultad de poseer TODA LA TIERRA, nunca sería alterado, porque 1) la tierra necesita descanso; 2) los esclavos y las personas endeudadas necesitan liberación; 3) los más ricos necesitan reconocer al verdadero dueño de todo, y 4) la economía mundial necesita ser justa.
¿Quiénes serían los enemigos de este conjunto de valores y principios a observar y mantener? Aquellos que no reconocieren a Dios como Soberano y Absoluto Dueño de todo. Estos usurparían; el hombre creado por Dios y designado gobernante de la tierra, debía liberarla de ellos.
El Papa Francisco tiene razón y dijo la verdad. ¡No es comunismo, no! Es Dios inalterable en sus atributos morales, a pesar de las culturas, civilizaciones, TIC, el creciente de la maldad humana, la imparable corrupción y la manipulación de los derechos humanos, independientemente de cualquier diferencia humana. Los atributos morales de Dios son los que conciernen al concepto de corrección, en el sentido de que Dios siempre es correcto, a saber: pureza, que incluye santidad, rectitud y justicia; integridad que incluye autenticidad, veracidad y fidelidad; y amor que incluye benevolencia, gracia, misericordia y perseverancia. Por estos atributos divinos, incluso cuando el hombre perdió su dominio sobre la tierra por el pecado, Dios todavía mantendría su derecho a la propiedad de toda la tierra, manifestado a Abraham.
Las razones por las que Dios no quitó la tierra de los hombres, ratificadas por la promesa que le hizo a Abraham, son la constancia y la fidelidad. El atributo Constancia muestra la cualidad que Dios tiene de ser inmutable, invariable e incesante. Esta constancia de Dios abarca varios aspectos. Dios no puede crecer ni disminuir en nada (cambio cuantitativo), su naturaleza no sufre modificación (cambio cualitativo). Dios no cambia sus ideas, planos o acciones; no importa lo que acontezca, pues Él jamás va en confronto con su propia naturaleza, porque su voluntad tampoco cambia. Dios siempre fue y siempre será; no hubo un tiempo en que Él no existía o en que fuera creado.
El atributo Fidelidad, que forma parte del conjunto de atributos de integridad, muestra la cualidad que tiene Dios de ser leal, firme y constante en sus actitudes y de observar estrictamente la verdad. La fidelidad de Dios es cuando demuestra que él mismo es veraz; la autenticidad de Dios es que es veraz y la veracidad es que Dios dice la verdad.
Aunque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, el hombre no conoce el futuro y, por lo tanto, no puede anticipar lo que vendrá, y también el hecho de que no tiene el poder para hacer realmente lo que dice o promete. Esto muestra que Dios cumple sus promesas, nunca revisa su palabra ni reniega de una promesa. Nadie sabía que tendríamos un 2020 absolutamente parado en su circulación natural, y no sabemos qué va a sufrir la tierra, ni qué personas, en sus limitaciones, no llegarán a contribuir al mantenimiento de un planeta sano. Pero Dios lo sabe todo. Si todo lo estipulado en la Ley mosaica como “necesidades” [en negrito aquí] es compatible con todos, en todo tiempo, es porque Él y solo Él conoce el futuro.
Tampoco es el NOM: Nuevo Orden Mundial, el que incita al desorden conspirativo de que hablar de unidad cristiana, de justicia social, de equidad, de una nueva economía, y de que se busque retener la furia codiciosa de los más ricos sea comunismo. Son precisamente los que demonizan, los verdaderos militantes del Anticristo.
Si el Foro Económico Mundial (WEF), y el Primer Ministro de Canadá, anticipan que hasta el 2030 no tendremos nada propio, y que solo alquilaremos, es porque en Iglesias, en Industrias, en Empresas, en Estados , y a través de toda institución humana los adoradores de Mamón resisten lo NORMAL DE DIOS aquí esbozado, y entonces sí, el Comunismo y el NOM obligarán a todos a someterse a vivir con lo esencial para la subsistencia y no en la sobreabundancia a costa del hambre, del abandono, del hacinamiento e intemperie de la mayoría de los Hijos de Dios por Creación [ante los ojos del Dueño de la Tierra]. Y los fenómenos climatológicos son una llamada de atención a lo que vendrá, si no volvemos a la Biblia y a los consejos del hermano Francisco, argentino en el Vaticano.
Tito Berry
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