Seguidores

terça-feira, 19 de janeiro de 2021

Vencedores diferentes

 

Hay una confusión cuando mesclan Apocalipsis 2. 11 con 1ª Juan 5. 4. Leamos:

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere no recibirá daño de la muerte segunda.

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

No. No se trata de un mismo vencedor, y todo lo que compone cada vencer aquí es distinto en uno de los textos, del otro.

El contexto en 1ª Juan es el amor al mundo, o el amor del mundo. Este tiene muchas cosas malas que son seductoras, pero también muchas seducciones que no son malas, y producen en cualquier persona amor a las cosas, y a lo temporal. Es prácticamente inevitable, pero los que aman a Dios pueden subordinar ese amor del mundo, y hasta derrotarlo, pues, la Fe que les salvó es más poderosa y nos da la suficiente capacidad de amar a Dios, y sus mandamientos por encima de todo. Eso es lo que aquí se dice. Es un vencer casi imperceptible, y altamente independiente de nosotros los salvos. Es victoria de la Fe; no del creyente. Uno lleva la vida entera experimentando esa victoria gradualmente, in crescendo, y en distintas formas y medidas, y tiempos. Se nos imputa la victoria de Cristo, y no es victoria de un luchador.

Mientras que en Apocalipsis Juan habla de otro tipo de vencedor, y de otras cosas que vencer. Aquí se trata de una apelación del Señor a la Iglesia en tiempos análogos a los de hoy, de persecuciones y mucha tribulación. La promesa no es de salvación sino de la corona de la vida en el lado positivo, y en el negativo, el librar de la segunda muerte. Aquí, sí, el creyente debe batallar, por más que pierda su vida humana, que es la muerte primera y que tarde o temprano nos tocará a todos. Lo importante es que el creyente venza lo que dice en 20:14-15: "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego". El Libro de la Vida es el libro de las obras de los que tienen nueva vida en Cristo, mientras que el Libro de la Vida del Cordero es el registro de los salvados. Lo que uno no inscrito en el libro de la vida pierde, es vivir mil años reinando con Cristo, y eso es perder la coronación, pero sólo será lanzado al lago de fuego y azufre, si en la misma vez no era salvo sino un creyente nominal, un cabrito¹. Por eso se dice “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte", lo que implica que al que no venciere le tocará algo que ni lo esperaba, porque nunca tuvo conciencia de salvo. Hasta el final de la Gran Tribulación, e inicio del Milenio aún se dice HOY. La Dispensación de la GRACIA que empezó con Jesucristo, termina cuando empieza la Era del Reino. Dios estará salvando “mientras se dice hoy”, mientras vivimos, mientras otros seguirán viviendo en el período de la Gran Tribulación, y a los judíos durante el Milenio.

Dios no es Dios de condenación, ruinas, y catástrofes. Él es planificado. Da oportunidad de salvación a todos [Juan 3. 16], muchas veces, y de manera planificada según cada caso, porque los salvos serán mayoría y los perdidos minoría¹ [Mt. 25. 37-41].   

Tito Berry

Nenhum comentário:

Postar um comentário

WEBSITE PERSONAL BILÍNGUE:

TITO BERRY